María continúa su interrogatorio.
Y María contestó diciendo:
“Así pues mi Señor, tú nos has traído los misterios al mundo para que el hombre no muera por la muerte que le designen los arcontes o regidores del Destino, –ya sea que lo destinen a morir por la espada, o las aguas, o las torturas y actos de violencia que están dentro de la Ley, o a través de cualquier otra muerte–, ¿nos has traído tú entonces los misterios al mundo para que el hombre no muera por la muerte que le designen los arcontes del Destino, sino para que muera en forma repentina si no tiene que soportar sufrimientos a través de tales formas de muerte?. ¿Porque son excesivamente numerosos los que nos persiguen por tu nombre y si nos torturan podamos pronunciar el misterio para dejar el cuerpo de inmediato sin tener que soportar ningún sufrimiento?“.
De cómo el que posee los misterios puede dejar el cuerpo sin sufrir.
El Salvador contestó diciendo a todos sus discípulos:
“Con respecto a esta palabra sobre la que me preguntáis, os he hablado en otro tiempo, sin embargo escuchad con atención que puedo decíroslo de nuevo: No solo vosotros sino todo aquél que logre realizar ese primer misterio del Primer Misterio del Inefable, que lo practique y realice en todas las formas y todos sus tipos y todas sus estaciones, realizándolo no saldrá del cuerpo sino después que lo haya logrado en todas sus formas y todos sus tipos, sólo entonces cada vez que evoque su nombre se salvará a sí mismo de todo lo que le hayan designado los arcontes del Destino. Y en ese momento saldrá del cuerpo de materia de los arcontes y su alma se convertirá en una gran corriente de luz y se remontará a las alturas y penetrará en todas las regiones de los arcontes y todas las regiones de la luz hasta lograr la región de su reino. Y en ninguna región no dará respuestas ni apologías porque está sin señales“.
Jeshua Ben Pandirá