Después que Jesús hubo dicho esto María continuó. Se arrojó a los pies de Jesús y besándolos le dijo:
“Mi Señor, aún tengo algo que preguntarte. Revélanoslo y no nos lo ocultes“.
Jesús le contestó a María: “Pregunta lo que quieras preguntar que os lo revelaré abiertamente y sin similitudes“.
María continúa su interrogatorio.
María entonces dijo:
“Mi Señor, has tú traído los misterios al mundo por causa de la pobreza y la riqueza, y por causa de la debilidad y la opulencia, y por causa de (…) y cuerpos sanos, en una palabra, de todos los mencionados, de modo que si vamos por las diferentes regiones de la Tierra y no nos tienen fe y no prestan atención a nuestras palabras y realizamos cualquiera de los misterios en esas regiones, ¿sabrán ellos en realidad de verdad que nosotros proclamamos las palabras del Dios del Universo?“.
El Salvador contestó diciéndole a María en medio de los discípulos: “Con relación a este misterio del que me preguntas os lo he dado en otro tiempo, sin embargo lo repetiré para vosotros“:
El misterio de la resurrección de la muerte.
“En realidad María, no sólo tú sino cualquier hombre que realice el misterio de la resurrección de la muerte, ése que cura los demonios y todos los dolores y todas las enfermedades y al ciego y al lisiado y al manco y al mudo y al sordo, el cual os lo he dado en otro tiempo, el que reciba ese misterio y lo realice, sólo entonces, si pide por todas las cosas, pobreza y riqueza, debilidad y opulencia, cuerpo sano, y por todas las curaciones del cuerpo y la resurrección de la muerte y por la curación del lisiado y el ciego y el mudo y el sordo y todas las enfermedades y dolores, en una palabra, el que realice ese misterio y pida todas las cosas que os acabo de mencionar, de inmediato vendrán entonces a auxiliarlo“.
Los discípulos frenéticos ante la sublimidad de la situación.
Cuando el Salvador dijo esto, los discípulos se adelantaron y exclamaron juntos diciendo:
“¡Oh! Salvador, estamos frenéticos por las grandes realidades que nos dices y porque has sobrellevado nuestras almas, ellas nos han presionado para salir de nosotros hacia ti porque nosotros nacimos de ti. Así pues, debido a las grandes realidades que nos dices, nuestras almas han delirado y nos han presionado excesivamente añorando salir de nosotros hacia la región de tu reino“.
Jeshua Ben Pandirá
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