PLATICANDO EN MÉXICO

LUNES 12 DE JUNIO, AÑO 1972 (10º AÑO DE ACUARIO)

–¡Bueno, “Joaco” (familiar diminutivo de Joaquín), hoy vamos hacia el centro de la ciudad!…

–¿A qué Maestro? El sábado de la semana pasada sacamos la correspondencia que había en el correo. ¿Qué podría haber ahora?

–De todos modos yo necesito ir al centro; tengo en mi poder un cheque y debo cambiarlo; no se trata de una gran suma pero sí me sirve para comer; así evitaré gastarme lo poco que tengo ya reunido para el pago del alquiler de la casa… Además, debo meter en el correo muchas cartas; me gusta tener la correspondencia al día…

Momentos después Joaquín Amortegui B., Misionero Gnóstico Internacional y gran Paladín de esta tremenda cruzada por la Nueva Era del Acuarius, y mi insignificante persona que vale algo menos que la ceniza de un cigarrillo, nos dirigíamos hacia el centro de la ciudad de México…

No está de más decir, sin mucha prosopopeya, que a mí me gusta conducir mi propio vehículo; así, pues, muy contentos nos deslizábamos veloces en el carruaje por la “Calzada de Tlalpan”, hacia la Plaza de la Constitución (El Zócalo, como decimos los mexicanos).

Esta es la “Era del Automóvil”, mi estimado “Joaco”, mas te confieso francamente y sin ambages, que si hubiese de elegir vida en un mundo con una técnica como ésta, o en otro con una edad de piedra, pero eso sí, totalmente espiritual, yo preferiría la segunda, incuestionablemente, aunque en vez de automóvil hubiese de viajar a pie o en burro…

¡Oh!, Yo también digo lo mismo… Viajo ahora por sacrificio, por amor a la humanidad, por enseñar la Doctrina, pero prefiero moverme en los burros y caballos de antes; no me agrada nada el humo de estas grandes ciudades, ni esta vida mecanicista…

“Así, platicando, “Joaco” y yo, a lo largo de una calzada que parecía más bien un río de acero y cemento, llegamos al Zócalo, dimos la vuelta a este último, pasamos a un lado de la Catedral metropolitana y luego nos metimos por la Avenida Cinco de Mayo en busca de un estacionamiento…

Instantes después penetrábamos dentro de un gran edificio:

–¿Quiere Ud. que le lavemos su carro?.

–¡No! ¡No! ¡No! Este es tiempo de lluvias. ¿Para qué?

–¿Le enceramos su automóvil, señor?

–¡No, muchacho, No! ¡Dejad que primero le lleve a la hojalatería y puntura!…

Conclusión: Salimos de aquel edificio rumbo al correo después de haber dejado estacionado el coche.

En el correo central tuve ciertamente una grata sorpresa al recibir un ejemplar de la Sexta Edición de «El Matrimonio Perfecto»; me lo remitió de Cúcuta, Colombia, Sur América, el Misionero Gnóstico Internacional Efraín Villegas Quintero…

Recibí también algunas cartas, metí en el correo aquellas que traía de casa y luego nos dirigimos hacia una casa de cambios…

El cambista aquel, con la conciencia profundamente dormida, estaba demasiado ocupado en su oficio.

Yo lo vi con dos bocinas, una en su diestra y la otra en su siniestra. Ostensiblemente atendía simultáneamente a dos teléfonos y hasta se daba el lujo de platicar a intervalos con un tercer cliente que estaba ante el mostrador del negocio…

Obviamente aquel pobre “Humanoide Intelectual” de psiquis subjetiva, se hallaba no solamente identificado con todo, sino además, tremendamente fascinado… y soñaba de lo lindo.

Parlaba ese “homúnculo racional” sobre valores, cotizaciones, monedas, oro, enormes sumas, cheques, riquezas, etc., etc., etc.

Afortunadamente no fue necesario aguardar mucho tiempo; su secretario me atendió diligentemente…

Instantes después salíamos de ese lugar con algunos dineros en la bolsa; no eran muchos, pero si los suficientes como para la comida de unos cuantos días más…

Caminando otra vez por la famosa Avenida 5 de Mayo, sentí la necesidad de invitar a “Joaco” a tomar un pequeño refrigerio; éste, aunque es de poco comer, por consideración a mi no declinó la invitación.

Indubitablemente encontramos un hermoso lugar; quiero referirme al Café París.

Una elegante mesera se acerca a nosotros:

–¿Qué van a pedir señores?

–Tráigame, señorita, –le dije– un licuado de fresa y un pedazo de pastel de queso…

–”Yo, –dijo Joaco–, quiero tan sólo un licuado de papaya”…

Escuchadas estas palabras de los caballeros, la dama se retira para reaparecer momentos después con las consabidas viandas…

Saboreando muy lentamente el delicioso refrigerio, extrayendo de estos manjares su elemento espiritual, entrambos, “Joaco” y yo, entablamos el siguiente diálogo:

–Te cuento, “Joaco”, que ya voy acercándome al final de mi libro titulado «Las Tres Montañas». Ciertamente sólo me falta una introducción a la Tercera Montaña, tres capítulos de la Ascensión y la Conclusión…

–”Entonces ya Ud. va acabando ese trabajo”.

–¡Sí, JOACO, sí, sí!…

–Lo interesante de todo esto es que ahora me toca apelar a la Lemuria…

–¿Cómo? ¿A la Lemuria? ¿Por qué?

–Es claro que en esta reencarnación sólo he llegado hasta la cumbre de la Segunda Montaña… Empero en ese arcaico Continente “MU” o Lemuria, otrora situado en el vasto océano Pacífico, pasé por “Las Tres Montañas”…

Entonces, incuestionablemente logré la Liberación, mas renuncié a toda felicidad y me quedé en este Valle de Lágrimas para ayudar a la Humanidad…

Es ostensible que la posesión del “ELIXIR DE LARGA VIDA” me permitió conservar aquel Cuerpo Lemur durante millones de años… Así, pues, mi estimado “JOACO”, te cuento que yo fui testigo presencial de todas esas catástrofes volcánicas que acabaron con el continente “MU”.

Es evidente que a través de más de diez mil años de incesantes terremotos, y de pavorosos maremotos, aquella tierra antigua se sumergió entre las procelosas aguas del océano Pacífico…

Es algo patético, claro y definido, que conforme aquel viejo continente se fue sumergiendo lentamente entre las olas embravecidas del borrascoso océano, la Atlántida, aquella de Platón, surgió paulatinamente de entre las profundas aguas del Atlántico…

Incuestionablemente yo viví también con mi Cuerpo Lemur en “El País de las Lomas de Barro”, conocí sus poderosas civilizaciones, muy superiores a la actual, y le vi sumergirse entre las furiosas olas del océano que lleva su nombre…

“En el año 6 de KAN, el 11 Muluc, en el Mes Zac81, ocurrieron terribles terremotos que continuaron sin interrupción hasta el 13 Chuen. El País de “Las Lomas de Barro”, la tierra Atlante, fue sacrificada. Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente estremecida por los fuegos subterráneos, que hicieron que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces y en diversos lugares. Al fin la superficie cedió y diez países se separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes 8.000 años antes de escribirse este Libro”.

(Esto es textual de un Manuscrito Maya que es parte de la famosa colección de Le Plongeon: “los Manuscritos de Troano”, y que puede verse en el Museo Británico)82.

Antes de que la Estrella “BAL” cayera en el lugar donde ahora hay sólo mar y cielo, antes de que las siete ciudades con sus Puertas de Oro y templos transparentes temblaran y se estremecieran como las hojas de un árbol movidas por la tormenta, yo salí de allí rumbo a la meseta central del Asia, a ese lugar donde hoy está el Tíbet…

En esa zona de la Tierra se mezclaron los sobrevivientes atlantes con los nórdicos; así se formó la Primera Sub-Raza de nuestra actual Raza Aria…

El Guía Salvador de los atlantes elegidos, aquél que los sacara del país de las “Lomas de Barro”, fue el Noé Bíblico, el Manú VAIVASVATA, el fundador de la Raza Aria…

Aún recuerdo, allende el tiempo y la distancia, aquellos festivales cósmicos que entonces se celebraran en nuestro Monasterio…

Quiero referirme en forma enfática a la “Orden Sagrada del Tíbet”, vieja institución esotérica…

Es indubitable que aquella antigua orden cuenta con doscientos un (201) miembros. La Plana Mayor está formada por setenta y dos (72) Brahmanes…

Incuestionablemente tan benemérita organización mística conserva el tesoro del ARYAVARTA ASHRAM…

Por aquellos tiempos era yo siempre recibido allí con mucha veneración; exótico resultaba viviendo con Cuerpo Lemur en pleno Mundo Ario…

Desafortunadamente “El Diablo donde quiera mete la cola”, y sucedió desgraciadamente algo insólito…

Volví a mis antiguas andanzas; reincidencia en el delito; me enamoré otra vez de la Eva seductora de la Mitología Hebraica y me tragué el “Fruto Prohibido”.

Resultado: La Gran Ley me quitó tan precioso vehículo y de vida en vida, quedé como Judío errante sobre la faz de la Tierra…

–Ahora si, Maestro, me siento más pequeño que una hormiga, como nada; no comprendo; si Ud. disolvió el EGO, el Mí Mismo, ¿quién podría ser el tentador? ¿En qué forma se cayó?…

–¡Oh! Joaco… En nombre de la Verdad quiero que tú sepas que cuando el YO se disuelve, queda en su lugar la mente… Indubitablemente ésta fue la “Causa Causarum” de mi caída…

–”Esto es algo inusitado; no entiendo…”

–Cosas pasionales; me enamoré, incurrí en el mismo error del Conde Zanoni; eso es todo…

Tal doncella de misteriosos encantos, para mí estaba prohibida; empero, debo decir que rendido caí a los pies de la fémina deliciosa.

Mi Divina Madre KUNDALINI me llevó posteriormente al interior de una caverna, en la profundidad de la montaña, y entonces vi lluvias, lágrimas y torrentes de agua turbia, amarguras y lodo, miseria, etc., etc., etc…

¡Ved el porvenir que os aguarda! Exclamó mi Madre. Inútiles fueron mis súplicas; no merecía el perdón; era un reincidente en el delito; al fin la vi encerrarse dentro del Chacra Mulhadara en el Hueso Coxígeo; y entonces ¡Ay de mí! ¡Ay! ¡Ay!…

Había cometido el mismo error que en el arcaico continente “MU” motivara la caída angélica…

Es incuestionable que antes de ingresar a los Misterios Lemúricos ya había incurrido en el mismo delito…

La alegoría del Bíblico Adam, considerada aparte del “ÁRBOL DE LA VIDA”, significa claramente que aquella Raza Lemúrica, que acababa de separarse en sexos opuestos, abusó del Sexo y se hundió en la región de la animalidad y bestialidad…

El ZOHAR enseña que MATROMETHAH (SHEKINAH, simbólicamente la esposa de METRATON) “es el camino hacia el Gran Árbol de la Vida, el Árbol poderoso” y SHEKINAH es la Gracia Divina.

No hay duda de que este Árbol maravilloso llega al Valle Celestial, y se halla oculto entre “Las Tres Montañas”.

Desde estas “Tres Montañas” asciende el Árbol a lo alto y luego vuelve a descender a lo bajo.

El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal crece de las raíces del Árbol de la Vida.

Los Dhyanis BODHISATTVAS reencarnados en Lemúricos Cuerpos se reproducían mediante el poder de KRIYA-SHAKTI (El Poder de la Voluntad y del YOGA).

Atributos de SHIVA: el LINGAM Negro embutido en el YONI. Incuestionablemente el ARCHIHIEROFANTE y ARCHIMAGO no derrama jamás el Vaso de HERMES.

Cuando los Dhyanis –entre los que estaba yo mismo– cometieron el crimen de derramar ese vidrio líquido flexible maleable de la Alquimia, se alejaron de su Mónada Divina (asesinaron al Dios Mercurio), cayeron en la generación animal…

–”Estoy asombrado”.

–¿Por qué “Joaco”? ¿Porque fui acaso el primero que cayera, o el último?

  1. P. Blavatsky dice en la “Doctrina Secreta” que SAMAEL fue el primero en caer, mas esto es simbólico…

Es ostensible que soy el DHYANI BODHISATTVA del Quinto de los Siete y por tal motivo se dice que SAMAEL fue el primero en caer…

Afortunadamente ya estoy de pie, a pesar de haber reincidido en el mismo delito…

Cuán diferente fue el caso de muchos de esos otros Dhyanis caídos en la generación animal…

Recordemos a MOLOCH, el Gran Homicida, ahora Involucionando espantosamente en los Mundos

Infiernos…

Recordemos a ANDRAMELEK y a su Hermano ASMODEO, dos Tronos precipitados al Averno…

–”Yo creía que después de la liberación toda caída sería imposible…”

–Te equivocas, mi estimado “Joaco”; en el cosmos siempre existe el peligro de caer…

Sólo entrando en el Inmanifestado “SAT”, el “Espacio Abstracto Absoluto”, desaparece todo peligro…

Concluida la platica de sobremesa, llamamos a la señorita que humildemente atendía a la mesa de los señores…

–¿La cuenta Señorita?…

–Si, señores… es tanto…

–Aquí tiene también su propina…

Muy queditos salimos de ese suntuoso lugar en busca del carruaje…

Ambulando otra vez bajo la luz del sol por esa famosa avenida cinco de Mayo, se me ocurrió decir:

–Lo grave ¡Oh Joaco! Es la abominable resurrección del “EGO ANIMAL”, después de la caída…

Incuestionablemente el “MÍ MISMO” resucita como el “Ave Fénix” de entre sus propias cenizas…

Ahora tú comprenderás profundamente y en forma íntegra, cuál es el motivo intrínseco por el cual todas las Teogonías Religiosas, enfatizan la idea de que los Ángeles Caídos se convirtieron en Demonios…

–¡Ah! ¡Sí!… Esto está muy claro…”

Momentos después nos deslizábamos veloces por la “Calzada de Tlalpan” de regreso a casa…

–Como quiera que yo he subido y he bajado y he vuelto a subir, es obvio que poseo vasta experiencia en estas cuestiones de tipo esotérico…

–¡Oh, Maestro! Ud. tiene en ese sentido experiencia muy especial…

Ciertamente, mi caro lector: Yo no soy más que un mísero gusano del lodo de la tierra; un cualquiera que nada vale; empero, como he recorrido el camino, puedo indicarlo con entera claridad y eso no es un delito…

Concluiremos el presente capítulo con aquella frase de GOETHE: “Toda Teoría es Gris y sólo es verde el árbol de dorados frutos, que es la vida…”

Samael Aun Weor

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