– Interlocutor. Doctor Samael, se sabe que existen dos clases de momias: las Momias Vivas y las Momias Muertas. ¿En qué se diferencian éstas?
– Maestro. Ciertamente, existen dos clases de momias: Las “VIVAS” y las “MUERTAS”; junto a las “muertas” aparece siempre, en los sarcófagos, un vaso de alabastro, contentivo de vísceras del difunto; las momias “muertas” no tienen, junto, ningún vaso de alabastro.
Indubitablemente los egipcios conocieron una ciencia que los modernos ni remotamente sospechan. Ellos, con procedimientos exóticos, extraños, ponían su cuerpo físico en estado de catalepsia, y esos “cuerpos catalépticos” colocados entre un sarcófago y escondidos en determinados lugares, pudieron conservar sus funciones hasta nuestros días (sus funciones, obviamente, se hallan en estado latente). Las momias “vivas” son una maravilla de la Ciencia Antigua.
Aunque ustedes no lo crean, actualmente, en el mundo existen Maestros escapados de sus sepulcros milenarios, viviendo entre la humanidad en pleno siglo XX. Esta clase de Maestros Inmortales se ríen, francamente, de nuestra tan cacareada civilización moderna.
– Interlocutor. Díganos usted, Doctor: ¿El caso de Lobsang Rampa es un caso de intercambio atómico entre una momia “viva” y su actual cuerpo?
– Maestro. Ciertamente, así es. MARTES LOBSANG RAMPA murió. Su Cuerpo Físico fue momificado; sin embargo, como bien lo dice el mismo autor, se metió entre el cuerpo de un inglés. Quiero decir que su Alma o Espíritu, o como ustedes quieran llamarle, se metió entre el Cuerpo Físico de ese personaje. Posteriormente, mediante el intercambio atómico, Martes Lobsang Rampa volvió otra vez a revestirse con su Cuerpo Físico tibetano, aunque ya en forma transformada, claro está.
Es magnífico el relato que Martes Lobsang Rampa hace. En todo caso nosotros lo hemos tomado muy en serio, y así es… Indubitablemente, las momias egipcias son algo similar pero mucho más avanzadas.
– Interlocutor. Doctor, las excavaciones realizadas por los arqueólogos y egiptólogos de las pirámides de Egipto, ¿pueden poner en peligro la evolución, o más bien dicho, el desenvolvimiento de las momias?
– Maestro. Los arqueólogos están cometiendo muchos delitos de profanación. Bien sabemos el caso de la momia de Tutankamón; los 22 arqueólogos que se atrevieron a profanar esa sepultura murieron.
¡Y que sepan los modernos que los antiguos eran más sabios! Y que inútilmente intentarán burlarse de las amenazas hechas, pues, por los sabios de la antigüedad y escritas en los muros invictos de esas Sepulturas Sagradas. En todo caso, abrir tales sepulturas es un peligro, verdaderamente.
Empero las momias “vivas” no serán encontradas tan fácilmente. Están debidamente protegidas por métodos secretos que nosotros jamás divulgaremos. Los arqueólogos modernos podrán encontrar momias “muertas”, pero las “vivas” están guardadas en algunos lugares para bien de la humanidad.
– Interlocutor. Los egipcios vivían a orillas del Nilo, y se sabe perfectamente que el gran recorrido que hace por estas tierras, este río, no se encuentran yacimientos de oro alrededor. ¿Acaso es que la Gran Sabiduría y Maestría que lograron los egipcios les permitió lograr la transmutación de los metales bajos en oro?
– Maestro. Ciertamente, los egipcios sabían transmutar los metales bajos en oro. También nuestros antepasados en México amasaron el oro. De los incas diremos otro tanto. Así que, es verdad, que en los antiguos tiempos existieron verdaderos alquimistas capaces de transmutar plomo en oro.
Obviamente, el oro, en sí mismo, es un precioso metal, no solamente desde el punto de vista como valor económico, si no también a la luz de las verdades trascendentales del Espíritu. Los alquimistas medievales conocían la Ciencia de las Transmutaciones Metálicas: Paracelso, Nicolás Flamel, Raimundo Lulio y muchos otros, lograron transmutar el plomo en oro. Eso ya está demostrado.
– Interlocutor. Doctor, si los egipcios tuvieron tal capacidad para transformar el plomo en oro, ¿qué podría hacer una mujer para lograr dicho poder?
– Maestro. Indubitablemente, la mujer tiene los mismos derechos que el hombre y llega a las mismas alturas. Yo conozco mujeres alquimistas que han logrado la transmutación del plomo en oro.
Obviamente, la mujer tiene que estudiar la Ciencia Hermética, el Arte Hermético. Los árabes llevaron tal ciencia a Europa. En la Edad Media hubo furor por esa ciencia; millares de hombres serios se dedicaron al estudio de la Alquimia. Recordemos al Abate Trithemius (el Maestro de Paracelso y de Cornelio Agrippa, Gran Alquimista). Así también hubieron otros de ellos muy famosos, como el señor Luis de Estisag y como el muy notable Conde San Germán.
– Interlocutor. Doctor, ¿cómo es posible que la Ciencia Moderna, siendo tan poderosa, realizando viajes a la Luna, etc., no haya sido capaz de descubrir el secreto de la transmutación de los metales en oro?
– Maestro. La Ciencia Moderna tiene maravillosos inventos como son: La televisión, la radio, etc., etc., etc., pero se ha olvidado de la Ciencia Alquimista antigua, la ha subestimado, y considero que ahí está el error.
Bien vale la pena que los hombres de Ciencia Moderna vuelvan otra vez a la Alquimia. Obviamente, la Ciencia de Hermes contiene sorpresas extraordinarias. Bien vale la pena no solamente transmutar el plomo en oro, sino también lograr el famoso Elixir de Larga Vida. Actualmente hay quienes inventan sueros para alargar la vida, pero a pesar de todo, los hombres más famosos mueren rodeados de ilustres científicos.
– Interlocutor. Doctor, finalmente díganos, ¿qué es la “Transmutación”?
– Maestro. Con el mayor gusto voy a responder a A. algo sobre la “Transmutación”. La Transmutación es la ciencia maravillosa que nos permite cambiar una substancia en otra. Por ejemplo, si transmutamos plomo en oro, ahí hay transmutación.
Uno puede transmutar, por ejemplo, las fuerzas maravillosas del sexo en voluntad, en conciencia, en sabiduría, en amor, etc. Ya Sigmund Freud en el psicoanálisis se ocupa de la Transmutación Sexual.
También es posible transmutar un metal en otro. Los científicos, actualmente lo hacen mediante la Ciencia Atómica. Pero hacer oro, actualmente, resulta más caro que el legítimo. Sin embargo, los alquimistas medievales, mediante conocimientos secretos (que se han perdido hasta nuestros días), conseguían transmutar plomo en oro.
– Interlocutor. Hace más de 700 años existía un hombre muy peculiar: Raimundo Lulio, nada menos que el creador de una máquina pensante que fue hecha bajo los principios de la Teoría Cabalística de los Gnósticos y que de hecho no se diferenciaba casi nada de una moderna computadora. ¿Es cierto, Doctor, que Raimundo Lulio, a pesar de que han pasado 700 años, aún sigue viviendo? Y si es así, ¿cómo lo ha logrado?
– Maestro. Bueno, Raimundo Lulio conoció la Ciencia de las Transmutaciones Metálicas: Transmutaba plomo en oro. Tuvo también en su poder el Elixir de Larga Vida. Desafortunadamente, Raimundo Lulio murió antes de poder hacer uso de tal Elixir. En cambio Nicolás Flamel, que fue contemporáneo, sí logró, en verdad, el Elixir de la Larga Vida. Su esposa Perenelle también lo logró; de manera que esta pareja aún vive todavía en el Indostán y gozan de perfecta salud, como lo declarara hace poco un Derviche en Turquía, un Derviche Inmortal. Hay, pues, hombres inmortales: Nicolás Flamel fue uno de ésos; Raimundo Lulio, aunque tuvo el secreto no lo logró, porque murió antes de poder hacer uso de su secreto.
Nosotros, los gnósticos, conservamos esos secretos; y es obvio que los enseñamos a aquéllos que demuestran Amor Verdadero por la Sabiduría. Sin embargo, tales aspirantes deben ser sometidos a rigurosos estudios y a terribles pruebas. Nada se nos da de regalado. Nosotros no cobramos dinero, pero sí exigimos del candidato una conducta recta. Así que quienes quieran lograr en verdad la Inmortalidad, pueden lograrla, pero esto requiere grandes estudios y terribles disciplinas esotéricas.
– Interlocutor. Se sabe, perfectamente, que los alquimistas lograban adquirir el Elixir de la Larga Vida. El Conde San Germán es uno de los máximos exponentes de la Sabiduría Alquimista. Se rumorea que él también logró el codiciado Elixir y que por tal motivo le ha permitido vivir hasta estos tiempos, y que para evitar problemas con el escepticismo y fanatismo de su época y de esta época contemporánea, ha tomado personalidades como la de William Shakespeare y otros más, para manifestarse hasta la consumación de los siglos, ¿esto es cierto? ¿Qué nos dice al respecto?
– Maestro. Giovanni Papini da testimonio, precisamente, sobre el Conde de San Germán. Se encontró con él en un barco que viajaba hacia la India. Le abordó. No tuvo inconveniente alguno, el Conde, en enseñar al citado escritor, sus credenciales. En un puerto de la India tomó tierra y un grupo de Ancianos Tibetanos le recibió; se lo llevaron para el Tíbet. Esto sucedió por allá en el año 1939. Obviamente, el Conde, antes de la Segunda Guerra Mundial, visitó a los principales hombres de estado, en Europa; les aconsejó, les insinuó la idea de desistir de la guerra… Vive todavía el Conde a pesar de los innumerables siglos.
– Interlocutor. Otro de los excéntricos alquimistas de la antigüedad y que se supone lograron la eternidad al haber encontrado la Piedra Filosofal, fue Nicolás Flamel. ¿Que nos puede usted decir al respecto?
– Maestro. Bueno, Nicolás Flamel, Gran Sabio Alquimista, gravó en los muros invictos del Templo de Nuestra Señora de París, símbolos magníficos, alegorizando las distintas etapas de la Alquimia; él enriquecía a Europa con sus fundaciones y sin embargo, se conservaba pobre. Nicolás Flamel ha sido, pues, un hombre enigmático. Como ya dije, vive en la India actualmente, junto con su esposa Perenelle; posee el Elixir de Larga Vida y la Piedra Filosofal. A muchos podrá parecerles exagerado lo que estamos diciendo. Obviamente, esta clase de declaraciones están fuera del ambiente en que nos encontramos. Pero la verdad es la verdad y hay que decirla cueste lo que cueste.
– Interlocutor. Doctor, también se dice que los Derviches Danzantes de Turquía fueron otros Grandes Alquimistas.
¿Díganos como trabajan ellos y cuál es la finalidad de trabajar en la Alquimia?
– Maestro. Hay 30 Derviches Danzantes Inmortales en Turquía. Se reúnen cada 20 años en ese país.
Ellos mediante la Ciencia de la Alquimia consiguieron inmortalizarse.
Todo alquimista es un mutante; el cuerpo del alquimista tiene que pasar por tres etapas definidas: Primera: REINCRUDACIÓN. Segunda: REVITALIZACIÓN y Tercera: MUTACIÓN. Así que cualquier alquimista auténtico es un Mutante. Nosotros los alquimistas conocemos la Ciencia de la Vida y la manejamos. La ciencia oficial no conoce la Ciencia de la Vida; nosotros sí la conocemos y podemos inmortalizarnos.
– Interlocutor. Todos los mexicanos somos grandes amantes de las corridas de toros; ni qué digamos del amor que sienten por este Arte de los Toros los potosinos. Lastimosamente, nadie ha conocido cuál es el verdadero origen de las grandes faenas con los Toros. Es bueno que de una vez por todas quede aclarado que el Arte Taurino no es algo mecánico, sino algo trascendental. Doctor Samael Aun Weor, ¿qué luz nos puede dar usted sobre este tema?
– Maestro. En nombre de la verdad tenemos que afirmar que tal Arte es antiquísimo. Ya en el templo de Neptuno, de la sumergida Atlántida, se realizaba el TOREO. Entonces resplandecían en el ruedo los Doce Signos Zodiacales… Las multitudes, todas, contemplaban el Regio Arte. Ahí hay un simbolismo extraordinario. Los APRENDICES son en realidad los picadores; los COMPAÑEROS están representados por los banderilleros, y el MAESTRO que ha logrado eliminar de su naturaleza psicológica, todos los defectos psicológicos, es decir el Ego animal, está perfectamente simbolizado por el torero. Así que ese Arte es maravilloso. Antes de entrar en el ruedo, el torero con su Traje de Luces maravillosas, se hinca humildemente ante su Virgencita… No está demás recordar que los antiguos toreros del Dios Neptuno, rendían siempre culto a su MADRE DIVINA. Así pues, se conserva por tradición tal procedimiento y eso hace del Toreo una obra maravillosa.
– Interlocutor. Qué extraordinario y qué maravilloso es el significado que nos acaba de dar del Arte Taurino, Doctor, nos gustaría que nos siguiera platicando sobre esto…
– Maestro. ¡Ah!, el Esoterismo Taurino es portentoso. Los Grandes Sabios de los tiempos idos, escribieron preciosas obras sobre el Esoterismo Taurino. Indubitablemente, el TORO alegoriza al EGO ANIMAL, es decir, al Yo de la psicología experimental que todos llevamos dentro, y que es un manojo de deseos, pasiones, odios, etc., etc., etc… Las VESTIDURAS del torero son también altamente simbólicas; La ESPADA, por ejemplo, representa a la VOLUNTAD, a la Voluntad que necesitamos para dominarnos así mismos, para controlar nuestras pasiones animales, la CAPA viene a representar, en forma enfática, la SAPIENCIA, la SABIDURIA y en general todo lo que existe, pues, en el Arte Taurino, resulta profundamente alegórico. El Esoterismo Taurino nos llevaba a la Sapiencia.
Samael Aun Weor