Una persona es lo que es su vida. Eso que continúa más allá de la muerte, es la vida. Este es el significado del libro de la vida que se abre con la muerte.
Mirada esta cuestión desde un punto de vista estrictamente psicológico, un día cualquiera de nuestra vida es realmente una pequeña réplica de la totalidad de la vida.
De todo esto podemos inferir lo siguiente: Si un hombre no trabaja sobre sí mismo hoy, no cambiará nunca.
Cuando se afirma que se quiere trabajar sobre sí mismo y no se trabaja hoy aplazando para mañana, tal afirmación será un simple proyecto y nada más porque en el hoy está la réplica de toda nuestra vida.
Existe por ahí un dicho vulgar que dice: “No dejéis para mañana lo que se puede hacer hoy mismo”.
Si un hombre dice: “Trabajaré sobre mí mismo mañana” nunca trabajará sobre sí mismo porque siempre habrá un mañana. Conocí a un poderoso terrateniente que decía: “Necesito primero redondearme y luego trabajaré sobre Mi Mismo”. Cuando enfermo de muerte le visité, entonces le hice la siguiente pregunta:
“¿Todavía quieres redondearte?” “Lamento de verdad haber perdido el tiempo; me respondió. Días después murió, después de haber reconocido su error.
Aquel hombre tenía muchas tierras, pero quería adueñarse de las propiedades vecinas, “redondearse”; a fin de que su hacienda quedase exactamente limitada por cuatro caminos.
“¡Basta a cada día su afán!”; dijo el Gran KABIR Jesús.
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