Los mayas en sí representan a la cultura atlante.
Ese vasto continente que hoy yace sumergido en el fondo del océano que lleva su nombre, Atlas, el más antiguo de sus astrólogos, y que fue su rey. La mente poética de los hijos de la Hélade le fingió por eso cual gigante que sustentaba sobre sus espaldas, y no sobre su mente poderosa, la máquina celeste. Sus hijos, los titanes, pretendieron escalar el cielo, mas Dios les confundió y una noche la mar y el trueno rebramaron. Trémula trepidó Europa, y despierta por el estruendo no vio ya al mundo hermano…
Solo el Teide quedó para decir a la humanidad: Aquí fue en un tiempo la famosa Atlántida.
Cada raza tiene siete sub-razas y muere. La cuarta raza atlante tuvo también estas sub-razas.
Crecieron en orgullo los de la tercera y cuarta sub-razas atlantes diciendo: “Somos los reyes, somos los dioses”.
Tomaron esposas de hermosa apariencia de la raza de los aún sin mente o de cabeza estrecha, engendrando monstruos, demonios maléficos, hombres machos y hembras y también khados con mentes pobres.
Construyeron templos para el cuerpo humano, rindieron culto a varones y hembras, entonces cesó de funcionar el tercer ojo (el ojo de la intuición y de la doble vista).
Construyeron hermosas y enormes ciudades, labrando sus propias imágenes según su tamaño y semejanza, y las adoraron.
Los fuegos internos habían ya destruido la tierra de sus padres (la Lemuria), el agua amenazaba a la cuarta raza (atlante).
Las primeras grandes aguas vinieron y sumergieron las siete grandes islas. Los buenos fueron salvados y los malos destruidos. Pocos hombres quedaron, algunos amarillos, otros color castaño y negro y algunos rojos. Los del color de la Luna, los Tuatha, habían desaparecido para siempre.
Transcribimos a continuación un manuscrito maya que es parte de la famosa colección de Le Plongeon, los manuscritos de Troano, y que pueden verse en el Museo Británico:
“En el año seis de kan, el 11 muluc, en el mes de zac, ocurrieron terribles terremotos, que continuaron sin interrupción hasta el 13 chuen. El país de las lomas de barro, la tierra de Mu, fue sacrificada. Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente estremecida por los fuegos subterráneos, que hicieron que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces en distintos lugares. Al fin, la superficie cedió y diez países se separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes 8,000 años antes de escribirse este libro.”
En los archivos antiquísimos del antiguo templo de Lhassa (Tíbet), puede verse una antigua inscripción caldea, escrita 2,000 años antes de Cristo, que a la letra dice:
“Cuando la estrella de Bal cayó en el lugar donde ahora sólo hay mar y cielo (Océano Atlántico), las siete ciudades, con sus puertas de oro y templos transparentes, temblaron y se estremecieron como las hojas de un árbol movidas por la tormenta. Y he aquí que oleadas de humo y fuego se elevaron de los palacios. Los gritos de agonía de la multitud llenaban el aire. Buscaron refugio en sus templos y ciudadelas y el sabio Mu, el sacerdote de Ra-Mu, se presentó y les dijo: -¿No os predije esto? Los hombres y las mujeres, cubiertos de piedras preciosas y brillantes vestiduras, clamaron diciendo: ¡Mu, sálvanos! Y Mu replicó: Moriréis con vuestros esclavos y vuestras riquezas, y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones. Y si ellos (refiriéndose a la quinta raza aría) se olvidan que deben ser superiores, no por lo que adquieren, sino por lo que dan, la misma suerte les tocará. Las llamas y el humo ahogaron las palabras de Mu y la tierra se hizo pedazos y se sumergió con sus habitantes en unos cuantos meses”.
¡Qué pueden decir los críticos ante estas dos historias, una del Tíbet y otra de Mesoamérica? Las dos relatan la catástrofe atlante.
La famosa historia del Diluvio Universal, cuyas versiones se encuentran en las tradiciones de todas las razas humanas, es simple recuerdo de la gran catástrofe atlante.
Todos los pueblos antiguos veneraron y adoraron a los dioses santos que vivieron en la Atlántida y que hoy moran en el Empíreo.
La Atlántida unía geográficamente América al Viejo Mundo. Las civilizaciones de Indoamérica tienen su raíz en el continente atlante.
Momentos antes de la catástrofe atlante se sacó al pueblo selecto. Algunos vinieron a Mesoamérica y otros a la meseta central del Asia. Colonizaron el Tíbet, Persia, Egipto, etc., etc. En pleno Egipto se hallan aún pirámides mayas.
Hay plena documentación de que el Maestro Jesús aprendió el maya en el Tíbet y que hablaba maya. Para prueba de ello tener-nos la frase pronunciada en el Gólgota. Es una frase maya que los judíos no entendieron, porque no hablaban maya: Heli Lamah Zabac Tani. Decían los judíos: A Elías llama, a ver si viene a salvarlo.
¿Cómo le iban a entender? En maya riguroso, “Heli Lamah Zabac Tani” significa: Me oculto en la prealba de tu Presencia.
Se ha establecido que la ciencia religión conocida por Jesús, el Cristo, en Egipto, la India, y el Tíbet, era maya. Existió un profundo ocultismo maya conocido sin duda por el Cristo, quien eligió sus símbolos (mayas) como sustentación de sus ideas de amor fecundante. No puede ser casualidad que haya elegido la cruz maya, la trinidad y los doce apóstoles, y muchos otros símbolos, para sustentar el inmenso sentido científico-religioso de sus prédicas.
Los mayas atlantes trajeron su ciencia-religión y sabiduría a Mesoamérica, Tíbet, India, Persia, Egipto, etc., etc. Fueron grandes civilizadores.
Han pasado doce katunes y aguardamos el katún 13, año 2043. De aquí en adelante la catástrofe final es inevitable para la raza aria, que hoy perversamente puebla los continentes del mundo. El katún 13 es definitivo. Los mayas lo esperan.
Se le preguntó a un anciano maya: ¿Tu hijo lo verá? Responde: No, mi hijo no lo verá. ¿Tu nieto lo verá? Mí nieto lo verá.
De manera que con el katún 13 llegará Hercólobus y se producirá el gran incendio universal que quemará todo aquello que tenga vida.
Más tarde vendrá la revolución de los ejes de la Tierra, con el hundimiento total, absoluto, de todos los continentes que existen y de esta podrida raza aria que perversamente puebla los continentes no quedará ni la ceniza.
Solamente un pequeño grupito de gentes selectas será salvado, para que sirva de semillero a la futura sexta gran raza, que se llamará Koradi y habitará lo que hoy es el casquete polar.
Esta perversa raza aria está perfectamente descrita en el katún 13 maya: Perecerá por fuego. Con la revolución total de los ejes de la Tierra el agua acabará de consumir todo, lavar todo y todo quedará en el fondo de los mares.
-Venerable Maestro, ¿es cierto que los mayas viajaron por todo el sistema solar?
-Los mayas, como atlante-mayas, viajaron por todo el sistema solar. Los cohetes dirigidos por sabios mayas realizaron estos portentosos viajes. Las naves estaban impulsadas por energía nuclear. Los mayas son grandes científicos y en secreto siguen existiendo, con toda su ciencia. No me refiero a los mayas que públicamente aparecen en América, estoy hablando de los mayas que viven en el universo paralelo, la cuarta dimensión de este planeta, que conservan sus mágicas ciudades, que continúan con sus mismas costumbres y la misma ciencia, dedicados a sus estudios y cálculos. Hay ciudades mayas dentro de la cuarta dimensión, cuarta coordenada o cuarta vertical. Templos maravillosos de oro macizo que no se los dejaron a los españoles, donde guardan la Gran Sabiduría Antigua. Es claro que los científicos modernos de esto no saben nada, tampoco lo admitirán pero qué importa a la ciencia y qué a nosotros?
Samael Aun Weor