Cuentan antiguas tradiciones que ENEAS el TROYANO permaneció algún tiempo refugiado junto con su gente en los bosques del Ida, hasta que los griegos hubieron abandonado la vieja TROYA.
Y cuando los HELENOS abandonaron las ruinas heroicas de la soberbia Ilion, ENEAS construye su flota y llorando abandona las orillas de la patria y la llanura solitaria donde estuvo emplazada la antigua ciudadela convertida ahora en un montón de ennegrecidas ruinas.
Y el viento hincha las dulces velas bajo la luz del plenilunio, y el remo lucha con el suave mármol y llegó el héroe con sus naves y sus gentes a las costas de Tracia, rudo país, donde confiaba encontrar tierra acogedora, ya que los tracios habían sido aliados del anciano PRÍAMO.
Dice la historia de los siglos que en la ruda tierra de los tracios, ENEAS fundó una ciudad a la que dio su nombre llamándola ENEADA.
Y cuando hacían los TROYANOS el SACRIFICIO a JÚPITER, el CRISTO CÓSMICO, en los precisos momentos en que se preparaban para encender el fuego e inmolar el blanco toro, sucede un prodigio extraordinario.
Las ramas que cortaron para el fuego dejaron caer, en vez de savia, una sangre negra y corrompida que manchaba la tierra.
ENEAS quedó helado de terror y suplicó a los DIOSES INEFABLES que hiciesen que aquel presagio se volviese favorable a sus designios.
Cuenta el HÉROE que rompió algunas otras ramas del mismo árbol, pero todas como el mismo dice, gotearon sangre, hasta que según sus palabras, llegó a sus oídos una voz profunda que parecía salir de las raíces de la planta, diciéndole:
“¡ENEAS! ¿Por qué me desgarras?, Respeta a un desdichado y no cometas la crueldad de torturarme. Soy yo, Polidoro, a quien mis enemigos acribillaron a heridas en este mismo lugar, y los hierros que se clavaron en mi cuerpo han fructificado y criado una planta que, en lugar de púas, da aceradas jabalinas”.
Relatan las leyendas que sobre el montón de tierra en que estaban enclavadas las raíces del árbol, ENEAS consagró un altar a los MANES del muerto y se derramaron libaciones de vino y leche.
Así se celebraron los FUNERALES de POLIDORO, el fallecido guerrero muerto en la dura batalla.
Desde los antiguos tiempos de la Arcadia, cuando todavía se rendía culto a los DIOSES de los cuatro elementos del Universo y a los DEIDUSOS del maíz tiernito, los viejos hierofantes encanecidos en la sabiduría jamás ignoraron la multiplicidad del YO.
¿Es acaso pues, cosa rara, que alguna de esas tantas entidades que constituyen el EGO se aferrara con tanto afán a la vida renaciendo en un árbol?.
Viene a mi memoria el caso aquel del amigo de Pitágoras reincorporado en un pobre perro.
¿Y no se ayuda acaso también a los centauros? ¿Qué nos dice la leyenda de los siglos?
Esos épicos guerreros que sangrando cayeron entre los yelmos y las rodelas de los gloriosos muertos por amor a sus gentes y a su patria, reciben ayuda extra bien merecida al retornar a este mundo.
Escrito está con palabras terribles que los CENTAUROS eliminan una parte de sí mismos, de su querido EGO, antes de retornar a este valle de lágrimas.
Que se reincorpore lo menos perverso en humano cuerpo y que lo decididamente criminal ingrese al crematorio de los MUNDOS-INFIERNOS, es ley para CENTAUROS.
Dante, el viejo florentino coronado de laureles, encontró en el abismo a muchos CENTAUROS; recordemos a QUIRÓN el viejo educador de AQUILES y al irascible Foló.
EL GRAN LIBRO DE LA NATURALEZA escrito con carbones encendidos dice con entera claridad que aterra: MUCHAS PARTES DEL EGO SE PIERDEN ANTES DEL RETORNO A ESTE MUNDO; MUCHOS AGREGADOS PSÍQUICOS del MÍ MISMO se reincorporan en organismos de bestias, otros se aferran desesperadamente como POLIDORO a las ramas de los árboles y por último ciertos elementos subjetivos propios del YO, continúan su INVOLUCIÓN en el REINO MINERAL sumergido.
TRASMIGRACIÓN es fuera de toda duda algo muy similar aunque del todo diferente y con raíces más profundas.
Entre las llamas tremendas de la vida existen personas tan bestiales, que si se les extrajese todo lo que tienen de grosero, no quedaría nada. Necesario es que tales criaturas se reduzcan a polvo dentro del interior de la tierra, para que la ESENCIA, el ALMA, se libere.
Cuentan las leyendas que CAPANEO uno de los siete reyes que sitiaron a TEBAS, soberbio entre el abismo dice:
“Tal cual fui en vida, soy después de muerto. Aún cuando Júpiter cansara a su herrero, de quien tomó en su cólera el agudo rayo que me hirió, el último día de mi vida; aún cuando fatigara uno tras otro a todos los negros obreros del Mengibelo, gritando: “¡Ayúdame, ayúdame, buen Vulcano!”, según hizo en el combate de FLEGRA, y me asaeteara con todas sus fuerzas, no lograría vengarse de mí cumplidamente”.
Dentro del interior de este afligido mundo en que vivimos existen INVOLUCIONES ESPANTOSAS. Allí es donde la Justicia Divina ha arrojado a ATILA que fue su azote en la tierra; a Pirro; a Sexot, el cual eternamente arranca lágrimas con el hervor de su sangre.
“Al caer ahí, tendrás que sufrir padecimientos insoportables y donde no hay tiempo cierto de escapar”.
Homero dijo:
“Más vale ser un mendigo sobre la tierra y no un Rey en el Imperio de las sombras”.
El descenso en los MUNDOS TENEBROSOS es, por tanto, un viaje hacia atrás por la senda INVOLUCIONANTE, un hundimiento en densidad siempre creciente, en oscuridad, rigidez, y en un tedio inconcebible de tiempo; una caída hacia atrás, un retorno, una repetición de los estados ANIMAL, VEGETAL y MINERAL, un regreso al CAOS primitivo.
Las ALMAS del abismo se liberan con la MUERTE SEGUNDA; cuando el EGO y los CUERPOS LUNARES se reducen a polvo, ellas reciben la boleta de libertad.
Esas almas procedentes del interior de la tierra, manchadas por el espantoso Viaje subterráneo, cubiertas de polvo, se convierten en GNOMOS del REINO MINERAL, mas tarde en criaturas ELEMENTALES del REINO VEGETAL, después en ANIMALES y por último reconquistan el humano estado que perdieron.
Esta es la sabia doctrina de la TRASMIGRACIÓN enseñada otrora por KRISHNA el Maestro Indostán.
Millones de ALMAS que murieron en el INFIERNO juguetean ahora como GNOMOS entre las peñas. Otras son ahora deliciosas plantas o viven dentro de las criaturas animales aspirando regresar al estado humano.
Samael Aun weor