Era la noche del misterio y en mi estancia lóbrega crecía de instante en instante la terrible oscuridad. Chisporroteaba pálida mi lámpara agonizando muy lentamente y derramando sus lívidos reflejos siniestra claridad. Afuera en la calle, el viento mis ventanas, áspero e inclemente, hacía rechinar.
Azotaba cayendo con estrépito la lluvia mi cristal, y al rasgar con su espada de relámpago el caos la tempestad, pensé entonces en el valle de las tinieblas y en la mansión de los perversos.
“Que mi alma no sea subyugada ni arrastrada cautiva por los demonios. ¡Que me sea permitido volver la cara ante el cadalso de Sepdu! (El cadalso del Karma)… ¡Sed alabados. Oh vosotros, espíritus planetarios de la constelación de la cadera! (Libra)”.
“En cuanto a vosotros, Oh cuchillos divinos de los misterios —dice el sagrado «libro de la morada oculta»— clamando desde el fondo profundo de los siglos. Vosotros, los dos brazos divinos —de la balanza cósmica— que ilumináis y regocijáis el Universo y conducís según los ritmos de las épocas, a jóvenes y viejos, ¡mirad!. He aquí que a Thoth, (el Buddha íntimo de cada hombre), Señor de los Misterios procede a las libaciones ante el amo de los millones de años (EL LOGOS Universal de la Vida) y le abre el camino a través del firmamento”.
“Es Thoth que inmoviliza los huracanes y los encierra en sus fortalezas. (Es ciertamente el BUDDHA INTERIOR de cada viviente, el Señor de los poderes). Oh vosotros, espíritus divinos del Karma, apartad de mí la miseria y los sufrimientos! Y que pueda mi persona ser agradable a RA”. (Dios).
Escuchad hombres y dioses: Este firmamento de acero que había protegido al mundo del Amenti, (La región de los muertos), el demonio APOPI (El cuerpo de deseos de cada viviente) lo ha agujereado; pues es obvio que hasta los tenebrosos más perversos suelen meterse en esa morada.
¡Ah! ¿Cuándo dejarán de confundir las gentes al auténtico ASTRAL con el demonio APOPI? ¿Cuándo comprenderán los seudo-ocultistas que el cuerpo de deseos citado por la Teosofía, es el espantoso demonio APOPI? Las gentes comunes y corrientes no tienen cuerpo astral, solo tienen el vehículo lunar de deseos, el espantoso demonio APOPI. Que me escuchen los humanos y los moradores del limbo: Oíd pues; vosotros necesitáis fabricar el CUERPO ASTRAL en la FORJA DE LOS CÍCLOPES.
RA aborrece al demonio APOPI y es ostensible que todo auténtico difunto AUTO-REALIZADO después de estar vestido con el Sahu egipcio, debe eliminar al demonio APOPI.
«El libro de los muertos» exclama diciendo: “He aquí que llego ante las jerarquías celestes y libro para siempre a RA del dragón APOPI ¡Yo vigilo! En verdad, el Dragón jamás podrá acercarse a él. De los signos mágicos colocados ante mí por el Demonio, yo sabré apoderarme; Las comidas sepulcrales no me faltaran. Thoth me proveerá de la potencia mágica resultado de mis actos, de mi Karma, en la vida pasada”.
“Yo haré circular la VERDAD-JUSTICIA en la barca celeste de mi vida, estableciendo las Jerarquías divinas en mi corazón, para millones de años, yo triunfare en medio de ellas”.
La Diosa Maat (Justicia), llega ante su Señor y Dios. Recordad vosotros, que las funciones del Karma residen en la brillante constelación de la cadera (Libra). Temblad ante los cuchillos divinos de la Ley. Sabed que no solamente se paga el Karma por el mal que se hace, sino por el bien que se deja de hacer pudiéndose hacer. Recorred el ciclo de las metamorfosis en la barca de Kepra, el navío de vuestra propia vida.
Es incuestionable que tendréis que transformaros una y otra ver en cocodrilos, cada vez que os sea necesario descender a los Mundos Infiernos; es obvio que a toda exaltación mística le corresponde una previa humillación; quien quiera subir debe primero bajar, esa es la Ley.
Es indubitable que al DESPERTAR CONCIENCIA os transformaréis en gavilanes con cabeza humana pudiendo volar libres por el espacio estrellado.
Es evidente que deberéis en verdad convertiros en NAGAS, SERPIENTES; día llegara en que seréis como el loto.
“Los dioses me concedan tu Trono, ¡Oh! RA, así como tu cuerpo glorioso. Tu ruta, yo la recorro; y al alba, rechazo al demonio NEBT (El demonio de la mala voluntad) que llega disimulado detrás de una columna de llamas, y en un estrecho y largo corredor, me ataca de improviso…”.
“En verdad yo he sido prevenido de antemano en lo que respecta a los peligros que me esperaban. He aquí que tomo asiento en la barca de RA y que recibo las ofrendas que me son debidas”.
Samael Aun Weor