Después de un periodo de reposo cósmico la vida recapituló la época de Saturno y entonces se inició la época solar: la tierra brillaba y resplandecía con los coloridos inefables de la luz astral, y la materia del universo era la misma luz astral. Los cuerpos físicos de nuestra actual humanidad se desarrollaron un poco más y recibieron el cuerpo vital que hoy en día sirve de base a toda la biología humana.
Los Ángeles y los Diablos de la época de Saturno flotaban en el ambiente de la época solar… Allí vemos clarividentemente a Belcebú, el príncipe de los demonios, entregado a los peores delitos. Miembro activo de un gran templo de magia negra, luchaba intensamente para hacer prosélitos entre la humanidad de la época solar y fueron muchas las almas que él conquistó para su tenebroso templo. Bajó Belcebú los 13 escalones de la magia negra y logró la 13ª iniciación negra, que lo convirtió en príncipe de los demonios; en su cintura llevaba el siniestro cordón de 7 nudos tal como lo usan los dizque caballeros Templarios del mago negro Omar Cherenzi Lind y los miembros de la escuela de magia negra Amorc de San José de California.
Se hizo hábil en el manejo de la mente y recibió la palabra perdida de los magos negros que se escribe Mathrem y se pronuncia Mazrem. En su cabeza melenuda colocó el bonete de la magia negra, y cubrió sus anchos y velludos hombros con la negra capa de príncipe de los demonios; en su frente aparecieron los cuernos del diablo. Estos cuernos son la marca de la bestia, se familiarizó con todas las palabras de pase y se convirtió en un gran jerarca de la logia negra, en un adepto de la mano izquierda.
Los magos negros de la Amorc de San José de California tienen algunas palabras de pase muy curiosas para reconocerse entre sí: Arco, palabra de pase para los de segundo grado; Khei-ra para los de tercer grado y la cual pronuncian así: “Que-i-raa”; Mathra, palabra de pase para los de cuarto grado (se pronuncia Mazra). Esta es la palabra perdida de los magos negros, es el nombre de un templo de magia negra llamado Mathra. Dicho templo está situado en estado de Jinas en la Montaña del Pico o Pico de Montaña en las Islas Azores.
Los magos negros del altar de Mathra son magos de capacete rojo como los Bhonsos y Dugpas del Tibet. De este tenebroso templo atlante provienen los rituales de la “Amorc” y no del Egipto como falsamente sostienen.
Yo, Aun Weor, el antiquísimo hierofante de los misterios egipcios, acuso a esa negra institución ante el veredicto de la conciencia pública por el delito de engaño. Yo acuso a esa negra institución por atribuirnos a los antiguos egipcios rituales de magia negra que nosotros en el Egipto jamás usamos. Yo acuso a la Amorc de California por el delito de profanación. Yo acuso a la Amorc de California por su mercadería de almas. Yo acuso a la Amorc de California ante el veredicto de la conciencia pública por el horrendo engaño de hacer creer a sus discípulos ingenuos que es una institución blanca.
Pueblo de los Estados Unidos, levantaos como un solo hombre para acabar de una vez con esos antros de corrupción que están conduciendo a millonadas de almas al abismo. Pueblo bravo, pueblo heroico, ha llegado la hora de las grandes revoluciones y no hay tiempo que perder. Ha llegado la hora de las grandes decisiones, y todos los seres humanos debemos reunimos al rededor del Divino Rabí de Galilea, que desde las cumbres del Gólgota exclama: ¡señor, señor, cómo me has glorificado!
En vano los magos negros del quinto grado gritarán su palabrita de pase: “Astro”, porque ese antro de magia negra irá al abismo donde está la gran bestia y el falso profeta.
En vano gritarán: Zocas, Zocas, Zocas, las victimas horribles del sexto grado, por que el filo de la espada de la Justicia cósmica sellará sus gargantas entre las horribles tinieblas de la desesperación donde solo se oye el llanto y el crujir de dientes.
Y vosotros los místicos negros del séptimo grado, en vano quemaréis la sal de las brujas con alcohol e incienso.
El guardián inmundo de vuestro sanctum no podrá salvaros de las tinieblas y la desesperación, porque ha llegado el milenario, y todo aquel que no esté Junto a Cristo, irá al abismo aunque grite como loco Mazrem, Mazrem, Mazrem.
Aun Weor